5dez 2022
06:30 UTC
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Atribución de responsabilidad a los perpetradores de violaciones de derechos humanos: acercamiento a los criterios de análisis de la agentividad

En este análisis de las descripciones sobre violaciones de derechos humanos, adoptaremos un enfoque discursivo a la agentividad como un concepto que establece una relación de causalidad entre una acción, el agente, o sea el perpetrador, y el paciente, o sea la víctima (De Cock y Michaud Maturana, 2014; 2018), a fin de analizar cómo se representa la responsabilidad por dichas violaciones. En español, se puede ocultar al agente de distintas maneras, como con el uso de la construcción impersonal con “se”, de la voz pasiva sin complemento de agente o de nominalizaciones. Sin embargo, para estudiar la agentividad en contextos de abusos a los derechos humanos, no es suficiente analizar la presencia o ausencia del agente (De Cock y Michaud Maturana, 2014; 2018). De hecho, el analista tiene que considerar otros criterios que influyen en la agentividad.
El análisis de la agentividad en discursos sobre violaciones de derechos humanos puede contribuir a la comprensión de temas sociales más amplios como la construcción de la memoria. De hecho, permite estudiar la atribución de responsabilidad a los perpetradores, dado que la agentividad se asocia comúnmente en lingüística con las nociones de intencionalidad, consciencia de acción y responsabilidad (Villalba Ibáñez, 2017; Yamamoto, 2006). Un agente explícito puede en efecto ser considerado como responsable de sus acciones, y, en contextos tabúes, la agentividad puede por lo tanto representar cierta amenaza a la imagen (Pizarro Pedraza & De Cock, 2018). En consecuencia, su análisis es bastante interesante en contextos donde la atribución de responsabilidad es sujeto de controversias, como en contextos de violaciones de derechos humanos. Varios autores se han interesado a este tema. Se destacan los trabajos de Achugar (1999; 2007; 2009), que se interesa al discurso militar en el contexto de la Dictadura cívico-militar uruguaya (1973-85), y de De Cock y Michaud Maturana (2014; 2018), que analizan el informe Rettig, publicado después de la Dictadura de Pinochet en Chile (1973-90). El presente estudio analiza por su parte la agentividad en un contexto contemporáneo, a saber, en un corpus constituido por textos que relatan los abusos cometidos durante las protestas sociales que estallaron en Chile en 2019.
En su análisis del Informe Rettig, De Cock y Michaud Maturana (2014; 2018) identifican cinco niveles de agentividad basándose en tres criterios, a saber, la expresión que identifica al perpetrador, la función sintáctica de esta referencia y la transitividad del verbo. Según los autores, el primer nivel caracteriza las oraciones en las cuales el agente es sujeto de un verbo activo, mientras que el último nivel caracteriza las oraciones en las cuales el agente está totalmente ausente. No obstante, esta tipología ha sido desarrollada para un tipo de discurso específico que sólo relata casos de muerte. En otro análisis (Pécher, 2021), hemos hallado la necesidad de desarrollar una tipología de agentividad que podría aplicarse a un corpus más amplio que incluye otros tipos de violaciones de derechos humanos. En esta